Todos sabemos que estudiarse los temas antes del examen no sirve de mucho. Puede resultar para aprobar un examen justo, pero no es lo que buscamos. Para ello, podemos ayudar a nuestros hijos a marcarse unos hábitos de estudio que harán que aprendan aún mucho más.
Es muy recomendable dividir el tiempo de estudio, tomando descansos frecuentes. Puedes preparar a tu hijo un buen zumito y conversar con él en los parones. Además, os ayuda a reforzar el vínculo.
Muchas veces no sirve solamente con escuchar una explicación, sino que necesitamos hacer preguntas. Infórmate de curiosidades de los temas y comparte dudas con ellos.
Siempre es bueno volver a lo estudiado y repasarlo. Es una técnica que ayuda a memorizar. En los repasos puedes ser parte activa y avanzar juntos en el aprendizaje de determinados temas.
Algunos serán mejor con papá, con mamá o con los abuelos. Todo según los intereses. Recuerda que hay temas que gustan más que otros.
Cuando realizamos el descanso adecuado, nuestro cerebro entiende y asimila todo lo que estudiado mucho mejor. Facilita el descanso y favorece el ambiente tranquilo en el hogar. Esto también ayuda.
Hacer apuntes propios ayudará a entender el contenido y recordar dónde están ubicados los temas.
Hace unas semanas te contábamos el tiempo recomendado para los deberes en función de la edad del niño. Tenlos en cuenta para aprovechar al máximo el tiempo en los que pueden mantenerse concentrados.
¿Cuáles eran (o son) tus hábitos de estudio?
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