Ana Romero
Afortunadamente, tuve el placer de realizar mis primeras prácticas en Educación Primaria en este colegio. Del que guardo un especial recuerdo por el trato tan especial y cercano tanto con el personal que allí trabaja como con el alumnado. Un alumnado y entorno, que te brinda la posibilidad de conocer otra realidad de enseñar y aprender. Un equipo docente, que te aconseja, ayuda y sobre todo te motiva a seguir persiguiendo las metas que te estas marcando. Cuentan contigo para todo tipo de actividades y te hacen sentir como una profesora más, así, al menos, es como me sentí en todo momento, una más entre ellos. Mención especial, a los dos personas que me tutorizaron, ya que me dejaron realizar las actividades que propuse sin ninguna pega. Al revés, siempre me motivaban a realizar más y me hacían participe siempre durante las clases, ya que como he nombrado anteriormente, era una mas. Sabemos que el primer año de prácticum es de observación, pero sin ir más lejos, se aprende a través de la práctica y no tuve más suerte al elegir y que se me concediera este colegio. Ya que me dejaron experimentar, dialogar, solucionar pequeños conflictos, realizar actividades y tomar decisiones. La verdad, me faltan palabras para describir el trato recibido y la experiencia tan brutal que viví, emocionalmente hablando. He crecido tanto a nivel personal y me ha aportado tantas cosas buenas, este colegio, que se me hace difícil expresar todos los momentos compartidos sin evitar emocionarme o sonreír. Desde mi punto de vista, fue tan emocionante vivir, compartir, exprimir todos mis conocimientos y aprender junto a todos ellos, que sin lugar a duda, volvería a repetir con los ojos cerrados. Además, este colegio siempre tiene las puertas abiertas para recibirte. Llegué a este colegio con la esperanza de dar todo lo que tenía dentro y aprender de todo lo que se me pusiera por delante, lo que no sabía es que iba a tener a unas personas que aman su profesión y que me enseñarían aprendizajes más allá de lo que mis ojos podían ver. Creo que el esfuerzo, dedicación, vocación, empatía, respeto y más, engloba todo aquello que sentí y aprendí. Nadie se puede imaginar todo lo que aprendí y lo que unas prácticas pudieron llegar a hacerme crecer a nivel personal. Está claro, que me marcaron positivamente de por vida, pero lo mejor, es que siempre guardaré un recuerdo inolvidable de cada uno de mis días y aprendizajes en el María Zambrano. Pienso que mi experiencia habla por si sola y no hace falta decir más nada o si recomiendo este, ya que es más que evidente con mi testimonio. Sinceramente, espero volver algún día a este lugar donde fui tan feliz . Igualmente, espero que muchos prácticum al igual que yo, puedan seguir formándose aquí.