Dra. Beatriz
No vengas a visitar esta escuela infantil. No nos esperábamos para nada lo que nos encontramos.
Ahora te cuento el porqué, pero antes, déjame resumirte cómo era nuestra situación cuando decidimos buscar una escoleta.
Mi hija nació en pandemia (con toda la locura del momento) y al año, decidí comenzar a trabajar a tiempo completo.
En casa miramos formaciones y leemos sobre educación positiva y todo lo que sea educación respetuosa, buscando alejar a nuestra hija del sistema tradicional de castigo/recompensa, los chantajes emocionales y la promoción de una mala relación con la comida desde la infancia.
Por otro lado, apenas teníamos ayuda de los abuelos porque no están cerca, y porque tampoco nos parecía bien ni adecuado que cargaran con una responsabilidad tan grande a su edad. Además, ven la educación de una forma muy distinta.
Luego, no nos cuadraba que estuviese toda la mañana con una cuidadora. Las vemos en los parques y,... bueno, digamos que tan pequeña no queríamos eso tampoco.
Así que, la mejor opción era una guardería.
Nos recomendaron una, fuimos a verla y nos gustó. Lo que pasa que a mí me pareció demasiado grande (me agobiaba que hubieran muchos niños por el tema pandemia), y además, no podían cogerla hasta 4 meses más tarde, así que, decidimos mirar otros sitios.
Y el primero que vimos por la zona que queríamos (céntrica pero sin que fuera paso de turistas) fue Dragonfly.
Concertamos una primera visita y, como te decía al principio, no nos esperábamos nada de lo que nos encontramos:
Lo primero, es que me pareció del tamaño perfecto, aulas grandes, con mucho material y un ratio de niños pequeño. La visita fue en una hora donde estaban ya los niños dentro y, como cuando vas a un restaurante con la cocina abierta, podías ver cómo trabajaban en cada uno de los niveles.
Luego, nos enteramos que tienen un proyecto educativo, que no es hacer dibujos y juegos por hacer, tiene un sentido de aprendizaje.
Después, el patio que tienen nos encantó. Soleado y luminoso, perfecto para cuando los peques necesitan desfogarse :) y además, es bueno para su salud no estar siempre entre cuatro paredes tantas horas al día.
¡Ah! y el inglés. Bueno, a nosotros nos ha costado mucho esfuerzo aprenderlo de mayores, por eso, en la medida de lo posible, queríamos que tuviese contacto con la lengua desde pequeña.
Y, a ver, nunca pretendimos que con 2 años hablara en inglés. Si alguien se interesa un mínimo por los procesos de adquisición del lenguaje y; además, en varios idiomas diferentes, que hablase en inglés sin ser un idioma de uso en casa, no era algo que esperáramos.
Lo que sí nos sorprendió es que en la playa entendía cuando le hablaban adultos extranjeros en inglés y también, cuando coincidía con algunos niños para jugar.
Pero bueno, en verdad, lo que nos hizo decidirnos del todo y no mirar ningún otro sitio más fue el ambiente familiar. Después de dos años, nos acabamos conociendo todos los padres y madres, y mi hija se sabía todos los nombres de los niños (incluso, los de los bebés).
Las educadoras tienen una verdadera vocación y conocen perfectamente a cada niño; incluso, detectaron una posible otitis de mi hija antes que nosotros (padres primerizos).
Por eso, si ya tienes una escoleta conocida mirada, te decía al principio que no vengas a visitar Dragonfly. Porque te hará cambiar de opinión.
Después de dos años allí, solo puedo decir que fuimos buscando una guardería y nos encontramos con el segundo mejor sitio donde podía estar nuestra hija (y a veces, hasta el primero, con esta vida intensa que llevamos).
Y no te he hablado de una costumbre diaria que te alegra el día, ya la descubrirás.