Escuela Infantil Jugar Y Sentir de Tres

Cantos

Mi hija va a esta escuelita desde que tenía un año y este será el último porque empieza el cole. La experiencia no ha podido ser mejor. La elegimos por la ratio baja de niños/acompañante (en bebés eran 4), por la apuesta real por el movimiento libre (no hay una sola hamaca o trona en toda la escuela), la comida casera (cocinera en plantilla y productos frescos diarios) y cercanía y cariño de las acompañantes que respetan los ritmos de cada niño. Ha sido una suerte compartir estos años con ellas.

Es una escuelita maravillosa. Los espacios interiores son amplios y luminosos y tiene un jardín muy bonito en el que tratan de pasar el mayor tiempo posible, incluso en invierno. Para los días muy malos, tienen una sala de psicomotricidad muy chula donde los niños pueden desfogarse. Todas las acompañantes son muy profesionales y cercanas y tratan a los niños con amor y respeto, entendiendo las necesidades y ritmos de cada uno. Proponen muchas actividades chulas y variadas (teatrillos, manualidades de todo tipo y hasta hacer pan!). Y siempre escuchan a las familias y dedican todo el tiempo que haga falta a abordar los problemas que van surgiendo en las distintas etapas de los niños. En definitiva, es una segunda casa para los pequeños y la recomendaría con los ojos cerrados!

Son con diferencia la mejor escuela infantil de Tres Cantos (y eso que hay muchas). Ratios muy pequeños, pedagogias actualizadas, respetuosas y de movimiento libre y educadoras entregadas en su trabajo, con una visión del niño y de sus necesidades. Son como una familia grande.

Son con diferencia la mejor escuela infantil de Tres Cantos (y eso que hay muchas). Ratios muy pequeños, pedagogias actualizadas, respetuosas y de movimiento libre y educadoras entregadas en su trabajo, con una visión del niño y de sus necesidades. Son como una familia grande.

Temos dos hijos que han crecido en Jugar y Sentir. No hay nada mejor que dejar los ninos en el cole y ellos entrar con ganas. Es una familia para nosotros y no lo podemos recomendar más!

Nuestra hija pequeña asistió a Jugar y Sentir durante 2 cursos. En la escuela se respiraba respeto y paz nada más entrar. Nuestra hija disfrutó un montón de todas las actividades que ofrecían, de la música, la hora de los cuentos, del tiempo que pasaban en el jardín, de la comida tan rica que les daban... Además, Pilar y Laura, con la Escuela de familias, ofrecían su acompañamiento para ayudarnos a disfrutar más de la crianza.

Una escuela donde la base es el amor y el respeto a la infancia, llena de profesionales y donde los niños van a "la casita" con una sonrisa. Sigue una pedagogía Waldorf, Montessori y Pickler. Mi hija fue muy feliz durante su época en Jugar y Sentir, sin duda repetiría la experiencia con mis futuros hijos

Jugar y Sentir más que una escuelita es una segunda casa para nuestro hijo y para nosotros. Siempre tienen la puerta abierta para que podamos compartir tiempo con ellos. El trato y el cariño de las acompañantes con los niños, los espacios de juego y aprendizaje, la calidad de los menús de comidas, el magnífico jardín privado y la ratio de niños por acompañante hacen que esta escuela sea el mejor sitio donde nuestros hijos puedan desarrollarse y aprender. Sin duda alguna si tengo más hijos les llevaré a Jugar y Sentir

Mi hijo mayor fue a Jugar y Sentir y no lo dudé con la pequeña. En cuanto me quedé embarazada reservé plaza para ella porque sabía que no podía estar en un sitio mejor. Basada en las pedagogías Waldorf, Montessori y Pickler, la escuelita es muy familiar. Un lugar donde se respetan los ritmos y las necesidades de cada niño. El amor y el cariño son primordiales. Nunca hay besos, abrazos y caricias de más. En cuanto a las actividades, cada día es una sorpresa: manualidades, experimentos, exploración, cantar, bailar, disfrazarse, teatrillos, psicomotricidad en el aula de psico o simplemente salir al magnífico jardín privado a jugar. ¡Las posibilidades son infinitas! Y la alimentación también es un punto muy importante: comida casera, sana y deliciosa. En Jugar y Sentir las familias somos un pilar fundamental. Siempre somos bien recibidas. Entre los niños, las acompañantes y las familias construimos la escuelita. Por si no ha quedado lo suficientemente claro... Recomiendo totalmente Jugar y Sentir.

Mi hijo mayor aún se acuerda de lo bien que lo pasaba allí y el pequeño no dice otra cosa que el nombre de su acompañante. Estamos encantados con la escuelita, con la gente que trabaja allí, el empeño que ponen en todo. Muchas gracias.