Adriana G
Ahora que estoy en segundo de carrera y he estado leyendo las reseñas he decidido modificar la mía porque la ocasión lo merece.
La ESO fueron unos 4 años bastante complicados, supongo que porque somos unos niñatos y al final es el comportamiento que hay. No obstante, hay profesores que saben lidiar bastante bien con los adolescentes: ahí se nota la vocación. Los que prefieren insultar, amenazar, e incluso faltar el respeto a los alumnos no sé que hacen ahí. Tampoco se lo reprocho a la directiva, pero creo que en un instituto con tanto potencial no debería tener funcionarios que realmente ODIAN (y esto confirmado que ha salido por boca de algún profe) trabajar con niños.
En bachiller me lo pasé genial, el hecho de que sea un instituto sin muchos grupos suma familiaridad al ambiente y si vienes nuevo ten por seguro que te van a tratar muy bien si no molestas mucho. También ayuda a que la selectividad se hace allí y como dijo Doña Carmen Márquez: siempre es mejor jugar en casa, y eso juega a vuestro favor.
En cuánto a la cafetería vi como una decisión totalmente dolorosa el hecho de que Jesús y María se fuesen, dos personas currantes y que hacían unos desayunos espectaculares incluso cuando se saturaba la cafetería los miércoles: parecía una estación de metro en Madrid centro. Igualmente las mujeres que hay ahora son bastante agradables, aunque los bocadillos no son lo mismo sin María diciendo "¡ezú, horno queso!" o sin Jesús gritando "¡bocadilloooooooooos!"
Las instalaciones son bastante buenas, aunque los balones para educación física podrían renovarse un poco, están sucios y desgastados. Las clases no están mal, hay algunas que parecen un trastero de alguien que tiene síndrome de Diógenes, tal vez tener tantas cosas en la pared puede distraer al alumnado.
Sin duda lo mejor son los profesores que llevan ahí más años que un manzano, se nota que son docentes porque quieren serlo y llegas a querer a algunos. Marichu, Javier Funcias, Lola, Pilar, los mejores, respetuosos, si te ven mal se van a sentar contigo y a preocuparse por ti, incluso si rindes bien académicamente; se nota que aman lo que hacen. También mención especial a Alonso (buenas clases y web ordenada, exámenes complicados pero en realidad es difícil hacerlas fáciles), a mi Paki (la mejor sin duda, ahora doy economía en la carrera y no me entero de nada pero siempre me sacaste una sonrisa cuando estaba triste), Ana Belén (fue mi tutora en segundo y no pudimos darle mas dolor de cabeza a la propia mujer, entre las faltas y no aprobar ni un examen de verbo irregulares le dimos el año, igualmente fue una buena tutora), Carmen Márquez (las clases a veces eran un poco monótonas pero aprendí bastante, los exámenes mortales y si que se puede aprobar estudiando el día antes aunque tendrás que atender algo en clase, nunca olvidaré como miraba el reloj, eso significaba que una tragedia se apresuraba y que tenía los exámenes corregidos), Luis (las fichas eran bastante pesadas pero nos lo pasábamos bien, nunca olvidare como omitiste dar clase para poder ver un partido del mundial de Qatar 2022, de las mejores coas del año). Y ya Sole, Joan Marc, Luis Quintana y Encarna, grandes docentes. Mariangeles dió mucho que pensar en el curso, no lo considero decepción porque ya sabemos todo como es y espero que nunca, de verdad, nunca, os toque como docente. Confieso que tengo amigos a los que le cuento el infierno por el que nos hizo pasar esa mujer y se echan las manos a la cabeza. Si alguna vez llega a leer esto quiero darle la enhorabuena porque llegó a sacar una parte de mí que ni yo sabía que existía: la de carácter y rabia. Consiguió unificar a un curso, juntar a un pueblo por un bien común: combatir contra sus medidas plenamente absurdas y humillantes. No le guardo ningún odio y rencor, pero si puede hacerle un favor a los alumnos y recolectar un poco más de respeto y trabajo para hacer las clases, el mundo sería un lugar mejor.
Eso es todo, en unos años tal vez deba actualizarla para añadir algo más. Espero que os sea útil. Larga vida a Viñas.