Colegio María Auxiliadora - Salesianas de

Écija

un colegio perfecto que enseña los valores con un gran esfuerzo, sin duda el mejor colegio ecijano

Creo que entré en el colegio en el año 68 y sobre los 10 años a través de Sor Socorro Rubio, que me acogió y me instruyó con todo lo que estaba en su mano. Fue la etapa de mi niñez más feliz de mi vida. A lo que aprendí allí y a la educación que me dieron le le debo lo que soy actualmente, mi curiosidad por aprendre, por fornarne continuame me convirtió en una persona más comprensiva con la humanidad. El amor que esas monjas me dieron, yo hoy procuro transmitirlo a otros que lo puedan necesitar. Muchas gracias, Sor Socorro, y a todas aquellas hermanas que me enseñaron lo que era el amor al prójimo. Nunca os he olvidado. Vuestra exalumna Dolores Fernández Muñoz

Sin duda uno de los mejores recuerdos que me llevo durante mi etapa de la ESO ha sido a la comunidad salesiana. Su cercanía, su apoyo, su forma de inculcar tantísimos valores... Las hermanas son un ejemplo de alegría y carisma salesiano que se respira con tan solo poner un pie en el cole. Me fui del colegio con mucha pena pero con mucha ilusión de poder trabajar algún día en él igual de bien que lo hace todo el equipo docente que trabaja en él. UN SALESIANO SIEMPRE SERÉ❤

Sor Onetti, que nos enseñó a leer con una cartilla Disney que conservo con mucho cariño, la señorita Pelayo, que en segundo de EGB nos supo transmitir el valor del esfuerzo y la recompensa por el trabajo bien hecho. Las clases extraescolares de ballet, con Ángela y M José, que venían desde Córdoba para darnos clases. Ellas hicieron que todavía me apasione el ballet clásico. Sor Tacalina (así le llamaba porque no sabía pronunciar bien su nombre) en la portería haciendo bolillos. Sor Paquita, con su eterna sonrisa y cómo nos transmitió el amor por la Virgen María. Son tantas cosas, que aquí no hay espacio suficiente para contarlas...

En cuanto pisas el colegio se respira la cercanía y alegria que existe no él

El colegio donde hice mi Primera Comunión... Las clases por las que pasé, mis rincones favoritos... Sor Catalina, Pelayo... Las cuñas que con una moneda de 2,5 ptas comprábamos a una dulce monja salesiana al salir al recreo. Recuerdos maravillosos gravados en mi mente con apenas siete años... pero que permanecen indelebles después de casi medio siglo. Como si hubiera sido ayer. Sin duda, este colegio es mi verdadera Patria.